LA ESTATUA DE LA DIOSA CIBELES Y SU CAPA
La noche del 8 de Febrero de 1929 hizo en Madrid un frío extraordinario y por la mañana del día siguiente, los madrileños vieron asombrados que la estatua de la diosa Cibeles, la fuente más famosa de la ciudad de Madrid, aparecía, en su carro tirado por dos fieros leones, cubierta con una capa Seseña protegiéndola del frío. Todo Madrid atribuyó a Santos Seseña, el fundador de la Casa, dicho gesto, aunque él siempre lo negó. Salieron numerosos reportajes y fotos en la prensa madrileña con la Diosa embozada, y con los bomberos retirando la capa del monumento público.
Muchos años más tarde, ya en el siglo XXI, y cuatro generaciones después, una persona acudió desinteresadamente a vernos a la tienda de Madrid, y nos contó la verdadera historia. Resulta que un personaje importante de la época llegó a su casa un poco más achispado de lo normal, después de una noche de juerga. Preocupado por el frío que hacía en Madrid le dijo a su criado: "toma mi capa y pónsela a la Diosa Cibeles, que debe de tener frío". Así le dijo y así lo hizo, obediente su criado. br />
La persona que nos contó esto se diluyó entre las calles de Madrid igual que había aparecido hacía unos minutos, pero nos dejó un cierre de historia impagable...
Carta dirigida al fundador, Santos Seseña, en 1930 por un admirador.